
Preguntas frecuentes sobre la Acupuntura
¿En qué consiste la acupuntura?
En estimular determinados puntos del cuerpo, descritos en su mayoría por los chinos desde la antigüedad. Esta estimulación puede realizarse con finas agujas de acero inoxidable, pero también mediante el calor que desprende la combustión de una hierba llamada artemisa, es la moxabustión, o simplemente con los dedos. La acupuntura, una buena alimentación, el ejercicio físico y la medicina de hierbas son los principales recursos terapéuticos de la medicina china.
¿Es dolorosa la inserción de las agujas?
Ésta es la principal aprehensión de quienes se plantean «probar» un tratamiento de acupuntura. Antes de la primera sesión, pocos pueden creer que atravesar la piel con agujas pueda no ser doloroso. Aunque actualmente las personas que acostumbran a visitar a un acupuntor lo hacen por recomendación, hasta que uno mismo no lo experimenta, no se lo cree.
Y es que las agujas de acupuntura nada tienen que ver con las agujas de coser, ni con las que se utilizan para las extracciones de sangre para las analíticas, ni con las de las inyecciones que durante muchos años han atemorizado desde la infancia; al no tener que extraer ni introducir ningún líquido, las agujas de acupuntura son mucho más finas, de una décima a una centésima más delgadas que las utilizadas en los hospitales, casi del grosor de un cabello: son sólidas, de acero, ligeramente flexibles y pensadas para deslizarse en el organismo sin lesionar los tejidos.
La sensación que provoca la inserción de agujas depende tanto de la habilidad del profesional como de la relajación del paciente, la cual, a su vez, depende de la confianza que éste tenga en el médico o en su arte. En buenas manos, la inserción de las agujas de acupuntura no suele ser más dolorosa que un ligero pellizco o una sensación de hormigueo, que desaparece rápidamente.
No obstante, también hay escuelas que manipulan mucho las agujas, porque consideran que la intensidad de la sensación es terapéutica por ella misma. Por esta razón, utilizan también agujas más gruesas.
La acupuntura es una arte diverso que, a lo largo del siglo XX, en la República Popular China, durante la Revolución Cultural, se quiso uniformar y, a imagen y semejanza de la nuestra, hacer de ella una medicina oficial poco propicia a las sutilidades, en la que la aguja se convierte en una herramienta terapéutica. En esta versión oficial de la medicina china, la aguja, como el medicamento occidental, es lo que cura. Por eso, se acostumbraban a manipular enérgicamente agujas más gruesas que, al ser de mala calidad y despuntadas por el uso repetido, ocasionaban un dolor difícil de soportar. Así pues, se entiende que en la República Popular China la acupuntura no tuviera la aceptación que tiene actualmente en Occidente, y que una de las primeras objeciones que se hicieron a la posibilidad de aplicar aquí la acupuntura era la suposición de que los chinos tenían un dintel del dolor más alto que el de los occidentales, y que la sensibilidad de los ciudadanos de la sociedad del bienestar difícilmente podría tolerar esa especie de tortura.
En cambio, para algunas escuelas chinas y de otros países del Extremo Oriente, la acupuntura se utiliza para dinamizar el proceso de restauración interna, lo que provoca que el dolor no sólo sea innecesario, sino incluso contraproducente, ya que dificulta la relajación, que es la mejor condición para la efectividad del tratamiento. En Japón, por ejemplo, es más común la inserción de agujas mucho más finas y a poca profundidad. Aquí los resultados dependen sobre todo de la precisión y el acierto en la combinación de los puntos elegidos, así como del grado de relajación. El dolor es, pues, un elemento indeseable.
Por lo que se refiere a lo posibilidad de lesionar el organismo, es prácticamente descartable. Ni queriendo. En el aprendizaje de la acupuntura se estudia con detenimiento la exacta localización de los puntos, el ángulo y la profundidad de inserción de las agujas a fin de que, sin ser un experto en anatomía, no se lesione ninguna víscera ni vaso sanguíneo.
¿Qué se siente, pues?
Varía de un paciente a otro, y de un punto a otro: distensión, calor, presión, hormigueo o una ligera molestia, que se puede extender en forma de corriente eléctrica; en ocasiones, el pinchazo es casi imperceptible. Se trata de una sensación desconocida provocada por el movimiento del qi, la cual, sea como sea, tiene poco que ver con el dolor.
Una vez introducidas las agujas, el paciente se queda solo y en silencio durante unos veinte minutos, tumbado sobre la camilla de una habitación confortable. No siente ningún tipo de dolor, sino más bien al contrario, las agujas inducen a un estado de profunda relajación; hay quien se duerme para despertar a los pocos minutos con las sensación de haber descansado mucho, aunque es más frecuente caer en un duermevela, una ensoñación durante la que se llega a perder la noción del tiempo. Este estado suele aparecer espontáneamente, aunque se puede facilitar centrando la mente en un escenario natural conocido, de manera que, al permanecer absorto en él, la mente queda en blanco.
Tal vez sea ésta la magia de la acupuntura: unas agujas tan finas colocadas de tal forma que en vez de doler, sanan.
¿Y si se tiene pánico a las agujas?
Suele ser un prejuicio que se cura con acupuntura. Es lo que acostumbra a ocurrirles a los niños, que se dejan hacer al darse cuenta de que la sensación que les ocasiona la inserción de agujas es muy diferente a la que el temor les hacía imaginar.
De todas formas, hay quien se ha dejado operar varias veces, no tiene ningún miedo a pasar por quirófano, y en cambio manifiesta un temor cerval a las agujas. ¿Miedo a lo desconocido o confianza ciega en el orden establecido?
A veces la aprehensión está justificada, y puede tratarse de una aversión del cuerpo a lo que no le conviene. Y es que los tratamientos de acupuntura no siempre son adecuados; es muy fácil que la persona tenga razón, y necesite tratamientos con calor, y no con agujas. En los niños y personas muy sensibles, el tratamiento puede realizarse con los dedos.
No hay temer las agujas, más bien al contrario, las agujas suelen ser muy eficaces para tratar los ataques de pánico.
¿Pueden pasar alguna infección?
Las agujas homologadas por la CEE están esterilizadas, como el instrumental quirúrgico, y la mejor garantía es que sean de un solo uso, lo que elimina cualquier posibilidad de que transmitan enfermedades infecciosas.
De todas formas, las agujas en principio no entran en contacto con la sangre, o sea que esta eventualidad sería mínima. En China y Hong Kong, se utilizaban las mismas agujas para todos los pacientes, muchas veces sin esterilizar, únicamente desinfectadas dentro de un bote de cristal, que no solía estar muy limpio, con algodón y alcohol.
En Occidente, entre los primeros acupuntores, había quien salía al paso del riesgo de infección dando a los pacientes sus propias agujas, quienes se las llevaban a casa para desinfectarlas con agua hirviendo. En otros casos, el médico las esterilizaba a 180º. Está claro que lo mejor es tirarlas, y, además, con los años, pueden convertirse en un objeto decorativo. Actualmente en Occidente casi todos los acupuntores utilizan aguas de un solo uso, lo que elimina hasta la idea misma de contagio.
Dado que no hay contacto con la sangre, no hay ni un solo caso descrito en la literatura médica en el que el acupuntor haya transmitido una enfermedad suya al paciente, ni viceversa.
¿Es peligrosa la acupuntura durante el embarazo?
Debido a que no tiene ningún tipo de toxicidad, la acupuntura es un recurso terapéutico excelente en este estado. Al tratarse de un período en el que están contraindicados la mayor parte de los fármacos, la acupuntura es útil para sustituir los tratamientos farmacológicos de los trastornos crónicos que pueda padecer la mujer, y sobre todo para aquellos propios del embarazo, como las náuseas y vómitos de los primeros meses, u otros, como el ardor de estómago, los trastornos urinarios, el lumbago, los dolores dorsales y cervicales, la depresión o las piernas pesadas, que impiden disfrutar plenamente del estado de buena esperanza.
Sin embargo, una estimulación intensa de determinados puntos puede provocar la interrupción del embarazo durante las primeras semanas. No es propiamente un aborto, sino que provoca un vacío energético que impide la implantación del embrión. Por lo tanto, durante los tres primeros meses, o siempre que el embarazo sea deseado, hay que tener especial cuidado con el tipo de acupuntura, que debe ser de estímulos mínimos. Cualquier acupuntor bien preparado sabe qué puntos debe evitar.
También en este caso, en buenas manos, la acupuntura sólo puede ser beneficiosa, y es efectiva en casos de abortos repetidos. La alteración del curso del embarazo suele manifestarse en el pulso, y es posible corregir algunos trastornos antes de que perjudiquen al bebé.
La acupuntura ha contribuido a solucionar el problema de muchas parejas que no podían concebir. Es eficaz para la esterilidad tanto masculina, aumentando la producción y la vitalidad de los espermatozoides, como femenina, saneando el terreno en el que tiene que implantarse el embrión. Y eso ocurre de una forma natural, sin forzar el organismo.
¿Y si tomo sintrom?
Los anticoagulantes no son un impedimento. Los pinchazos rara vez sangran, ya que acostumbran a apartar los vasos a su paso y, cuando lo hacen, son sólo unas pocas gotas. No hay que perder de vista que los controles periódicos de la coagulación se realizan con agujas diez veces más gruesas.
¿Cómo son las agujas?
Son metálicas, normalmente de acero inoxidable. También se fabrican de metales preciosos: oro, plata, platino… que tuvieron mucha aceptación hace unos años, como si el valor del metal influyese en la eficacia del tratamiento. Esto era a causa de la traducción literal de los textos clásicos, en los cuales las agujas de oro son una imagen metafórica de que su aplicación es tan valiosa como el más precioso de los metales.
La longitud va de 0,5 cm a 10-15 cm. Las hay hasta de medio metro, que se aplican en veterinaria para tratar a los caballos. El grosor aumenta proporcionalmente a la longitud.
¿Cuántas agujas?
Por regla general, de una a diez. Como es de suponer, la cantidad de agujas no es proporcional a la intensidad de los síntomas ni a la acción terapéutica. Más bien al contrario, demasiadas agujas disminuyen el efecto terapéutico, pues el exceso de estímulos desconcierta al cuerpo. En los casos agudos, por ejemplo, una única aguja inserida lejos del lugar dañado, puede resolver el problema.
Y a veces ninguna, ya que es preferible la aplicación del calor seco que irradia la moxa.
¿Dónde?
La mayor parte de los puntos de acupuntura -más de 700-, están descritos desde hace dos mil años, aunque algunos también se han añadido más tarde. Hay que ser muy preciso en su localización, especialmente cuanto más periférica, ya que en las extremidades los puntos están más delimitados. Se pueden buscar midiendo proporcionalmente a partir de los principales elementos anatómicos, o bien sintiendo con la yema de los dedos las pequeñas depresiones en la piel. También hay aparatos detectores que, al desplazarlos sobre la piel, emiten una señal sonora cuando pasan por un lugar de más baja resistencia eléctrica.
La elección de los puntos no se ajusta a normas fijas, sino que depende del conjunto. Por norma general, en las enfermedades crónicos las agujas se colocan cerca del lugar del trastorno, mientras que los agudos suelen responder mejor a los estímulos que vienen de lejos.
¿A qué profundidad?
La profundidad depende del lugar donde esté situado el punto, y de la constitución del paciente. Normalmente, varía de uno a dos centímetros, pero puede ser más.
¿Qué es la moxabustión?
Las agujas no son el único medio para influir en las corrientes energéticas del cuerpo. Los puntos en los que estas corrientes son más accesibles se pueden estimular mediante la aplicación del calor que irradia la combustión de una planta seca, laartemisa sinenesis, calor que tiene la propiedad de penetrar profundamente la piel.
Literalmente, el carácter chiu, que se utiliza para describir la moxabustión, quiere decir quemar con un objeto incandescente. Muchas veces la acupuntura se combina con la moxabustión; es particularmente útil para calentar el sistema digestivo y para contrarrestar el frío y la humedad en el cuerpo.
Fuente: Dr. Miquel Masgrau Bartis